El alcalde de Meranges, Esteve Avellanet (Cerdanya, 90habitantes) trabaja en la construcción. Sílvia Oller, una de las redactoras de este artículo, trató de convencerle para que se dejara retratar en lo alto del andamio, pero declinó la invitación. El alcalde teme que los vecinos se lleven una mala impresión porque tiene dos sueldos aunque, en realidad, lo que hace este edil con su pluriempleo es ahorrarles un buen puñado de dinero.
Los tres ediles de este municipio disponen de los 5.000 euros que cada año aporta al municipio el Departament de Governació para pagar sus retribuciones. Una suma con la que el alcalde no podría vivir si no fuera por su otro trabajo. Avellanet (CiU) tiene buenos motivos para no querer hablar de su pluriempleo. El imaginario populista ha establecido un terrorífico nexo de unión entre el servidor público y el mangante, aunque la realidad es que a muy pocos políticos les salen gratis los trajes. Tampoco a él.
Con el inicio del nuevo mandato local, tras las elecciones de mayo, el debate sobre los sueldos de los alcaldes y concejales vuelve estar al orden del día. Ocurre cada cuatro años. Vaya por delante la sospecha de que si se tratase del sueldo de otras instancias del poder público el problema ya estaría resuelto. Pero la administración local es la cenicienta de la política, también en esto.
Gobernar un municipio, especialmente si es pequeño (y en Catalunya hay hasta 600 municipios de menos de 2.000 habitantes) no es un buen negocio, contra lo que den a pensar algunas polémicas, algunas ciertas, otras deliberadamente demagógicas, protagonizadas por alcaldes de todos los colores políticos, desde Mollet pasando por Dosrius, Arenys de Mar, L'Escala, Calonge...
El sueldo de los alcaldes y los concejales es potestad exclusiva de cada municipio. Ninguna administración puede decirle a un ayuntamiento qué debe pagar a sus representantes. Son los propios beneficiarios quienes se fijan el sueldo. Una difícil tarea en tiempos de profundo descrédito de la política. "Mi impresión –explica Xavier Bertrana, uno de los pocos expertos en esta materia en Catalunya– es que, en general, los alcaldes son modestos. Son más los que tienen sueldos mínimos que los que abusan de sus prerrogativas".
En un sentido similar se expresa un responsable del Departament de Governació de la Generalitat que, oficialmente, mantiene una absoluta neutralidad sobre las polémicas suscitadas en los últimos días, aunque extraoficialmente advierte que en esta polémica sobra demagogia y falta transparencia.
Josep Mir, profesor de derecho administrativo de la UPF, plantea una pregunta que es, sobre todo, una provocación. ¿Y si los alcaldes no cobraran por su trabajo? ¿Y si siguieran trabajando fuera del ayuntamiento aun siendo alcaldes? "En España –explica Mir– a menudo al alcalde se le confunde con un gestor". Esta es una de las consecuencias, explica, de la transición.
Cuando hace treinta años los demócratas llegaron a los ayuntamientos encontraron sentados en sus despachos a funcionarios del antiguo régimen de los que desconfiaban. Sobre esa premisa se fraguó la figura del electo municipal catalán y español: un sistema presidencialista en el que todo pasa por las manos de los cargos políticos, desde el planteamiento urbanístico hasta la cabalgata de los Reyes Magos. El alcalde es un empleado público a tiempo completo, incluidos los fines de semana.
Mir recuerda que en otros países europeos los alcaldes no viven de su trabajo en el ayuntamiento. Y cree que no es una mala solución por tres razones: porque refuerza el perfil técnico de la gestión diaria de los municipios centrando al político en su tarea: hablar con la gente en la vida real, porque los ediles asalariados tienen dependencia económica y eso dificulta la salida de la vida política cuando llega el momentodehacerlo, y porque la posibilidad de continuar la propia carrera permitiría que buenos profesionales se dedicaran a la política local.
Pere Parés, el nuevo alcalde de El Masnou (Maresme, 22.500 habitantes), militante de CiU, ha decidido compatibilizar su responsabilidad como edil con su empleo. Una actitud que le ha valido las críticas de la oposición. Cobra la mitad del sueldo que antes cobraba de su empresa, una compañía de logística farmacéutica radicada en Santa Perpètua y una parte, 31.000 euros, del Ayuntamiento.
Dedica la mitad del día a una cosa y el resto a la otra. "Mientras me sea posible quiero mantener mi propia carrera", afirma, aunque admite que no sabe si será posible sostener su situación: "La responsabilidad es total", dice, recordando a algunos colegas que hoy están imputados ocondenados formalmente porque sus municipios no pueden pagar a municipios. Francia lo está haciendo, Alemania lo hizo hace años.
En Catalunya parece que a la sombra de cada campanario tiene que haber un alcalde. Y en lapráctica tampoco la profesionalización de la gestión municipal aligera las nóminas de los electos. Todo lo contrario. Cuanto mayor es un municipio más concejales hay a tiempo completo, según advierte Bertrana en un estudio realizado hace cinco años. "Es una relación inversamente proporcional –explica Bertrana–, cuanto mayor es y más profesionalizada está la gestión, más profesionalizada está la política".
Es decir, más dinero le cuesta al contribuyente. No hay un marco legal que determine los sueldos de los alcaldes. La única pista para el propio político y el ciudadano son las tablas indicativas que elaboran las asociaciones municipalistas. Pero en el fondo es muy difícil determinar qué alcaldes salen más baratos al bolsillo común. Las subidas y bajadas de sueldo protagonizadas estos días por numerosos alcaldes no lo explican todo por sí solas. Puede haber ediles que, trabajando a tiempo parcial y con un sueldo aparentemente más bajo, acaben costándole más dinero al contribuyente, que aplaude entusiasta ante las aparentes rebajas.
Esto es así si se suman las indemnizaciones que reciben por otros conceptos. No hay un trabajo riguroso sobre esta cuestión en Catalunya, admite Xavier Bertrana. Lo cierto es que si a las asignaciones de cada ayuntamiento se suman las indemnizaciones por la pertenencia a los órganos de gobierno de otras administraciones o a consejos de empresas públicas, que pueden alcanzar los 400 euros por sesión, el resultado a final de mes es mucho más abultado que el supuesto sueldo modestísimo que se imponen algunos alcaldes de cara a la galería.
En este asunto, además, los partidos políticos juegan un papel relevante porque, por norma general, una parte del sueldo del edil va a parar a la contabilidad de la formación en la que milita. En ocasiones la derrama puede alcanzar el 20% de la retribución. A menudo estas indemnizaciones acaban engrosando su cuenta de resultados, de modo que son los propios partidos quienes incentivan indirectamente las remuneraciones abultadas.
Visto lo visto, la única solución es la autorregulación y la transparencia por parte de los cargos políticos y la confianza por parte de los ciudadanos. Pero ninguna de estas sustancias abundan ahora sobre la corteza terrestre. La Federació de Municipis de Catalunya propuso hace algún tiempo que se publicaran por norma las retribuciones íntegras de los alcaldes y electos, es decir, no sólo lo que cobran por su cargo en el ayuntamiento, sino el paquete completo: sueldo e indemnizaciones.
Tal vez, entonces, algunos ciudadanos se llevarían una sorpresa y algunos alcaldes modestísimos no lo serían tanto y otros supuestos abusones resultarían ser de lo más eficientes.
Publicat a: La Vanguardia - 22/07/2011
Qui deixaria a la guineu a vigilar el galliner? Doncs té sentit que els mateixos polítics decideixin el que han de guanyar? Té sentit que qui ha de vetllar perquè actuïn amb honestedat siguin els mateixos partits polítics interessats en que "pillin" el màxim possible? Que potser som nosaltres els que decidim els sous que ens han de pagar les empreses per les que treballem?
ResponderEliminarTenim un exemple que prou s'en ocupen els mitjans de comunicació i tota la maquinaria dels partits polítics clàssics d'ocultar. Islàndia, la gent d'allà s'ha afartat de suportar a la seva colla de paràsits, han forçat la dimissió del govern, han obligat a la justícia a imputar per via penal als directius dels Bancs que van abusar de la seva posició i finalment el poble esta redactant una nova constitució per protegir-se d'aquestes misèries... Si teniu interès cerqueu a Internet el nom de Hördur Torfason o seguir l'entrada feta fa uns dies al blog: http://xavierfageda.blogspot.com/2011/06/hordur-torfason-activista-islandes.html
Islandia nos ha abierto los ojos y un camino de posibilidades infinitas,el ejemplo existe y solo cabe decir que hemos de creen en él,si creemos en él podremos caminar para conseguir que aquí se dé,porque es posible y factible
ResponderEliminarEl autor del artículo se olvida de algo muy importante, no se trata solo de cuanto debe o no debe cobrar un Alcalde por su responsabilidad, se trata de cuanto puede o no puede permitirse pagar un municipio a sus ediles, parece mentira que un dato tan importante como la situación financiera de cada municipio no se tenga en cuenta a la hora de fijar las remuneraciones económicas de los responsables políticos.
ResponderEliminarEn la legislatura pasada el ayuntamiento de Dosrius pidió un crédito a los bancos por valor de 700.000 euros… casualmente ese importe es lo que costo el equipo de gobierno durante la anterior legislatura.
Es sencillamente ridículo el argumento que es la Federació Catalana de Municipis la que “aconseja” el importe del sueldo que “deben” cobrar los Alcaldes, son juez y parte y por tanto esta asociación no esta legitimada para dar tales “consejos”.
En el artículo también hecho a faltar datos sobre las remuneraciones del resto de regidores, que en muchos casos todavía son más vergonzosas que las del propio Alcalde.
Muy cierto Jose Luís,no es un organismo parcial y siempre acuden a él como referente,porque será?
ResponderEliminarVoldria deixar sobre la taula un altre tema que vaig trobar molt preocupant.
ResponderEliminarPer posar-se aquest sou, es basen en què Dosrius té 5010 habitants i per tant entra en el barem de municipis entre 5001 i 10000 habitants.
El dia de les eleccions, l'estoneta que vaig estar al col·legi electoral, vaig veure que votaven 3 persones que no viuen a Dosrius, entre elles la filla de l'Alcalde i la seva parella.
No voldria pensar que s'han esforçat a inflar el cens electoral per arribar a superar el barem de 5001 habitants i poder justificar-se la pujada de sou amb aquesta argumentació....
disculpeu-me, els anys que porto vivint a Dosrius m'han portat a ser força malpensat...