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El motivo de este desequilibrio es, según denunció ayer la Organización de Consumidores (OCU), que en los próximos recibos la llamada parte fija (es decir una tasa mínima que cobran las eléctricas, y cuyo precio depende de las variaciones introduce el Gobierno) subirá, mientras que la variable, en la que se tiene muy en cuenta los vaivenes del consumo diario, descenderá.
Con esta medida el Gobierno pretende penalizar a las viviendas que se encuentra vacías, y de esta forma incentivar, de forma indirecta, el mercado del alquiler. De hecho la organización de consumidores sospecha que el incremento será mucho mayor de lo anunciado inicialmente. En un principio, la tarifa fija del recibo eléctrico subirá desde este sábado un 3,2%, aunque el viernes se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el futuro incremento, y las condiciones en las que se encarecerá.
La OCU presentó ayer una serie de cálculos sobre cómo subirá o bajará la factura eléctrica en función de la potencia que los hogares tengan contratada. Generalmente, en España las familias suelen tener pactada una potencia de entre 3 y 5 kilovatios. El consumo de una familia media suele rondar los 300 kilovatos al mes, es decir unos 3.600 al año. Un hogar que esté dentro de esta media y que tenga contratada la potencia mínima (3,5 kw), con los nuevos cambios que va a introducir el Gobierno conseguiría ahorrar unos diez euros al año en su recibo. En cambio, si se cuenta con un contrato con una mayor potencia (de 4,6 o 8,5 kw) ya no ahorrarán, sino que su factura se verá incrementada entre unos 10 y 50 euros de forma anual.
Pero el incremento más fuerte, según los cálculos de los consumidores, llegarán a aquellos que tengan su casa vacía, cerrada y que no generan ningún consumo eléctrico. En este caso, el alza de la factura puede llegar a estar entre los 60 y los 100 euros anuales.
Por contra, los grandes consumidores sí que verán como su factura se puede reducir. Los que más gasten en electricidad podrán recortar su recibo entre 30 y 70 euros por año, según las cuentas que ha realizado la OCU.
Los consumidores consideran que estas medidas son «desincentivadoras del ahorro», y aconsejan a los consumidores revisar la potencia que se tiene contratada, ya que aseguran que, en algunos casos, reducir los kilovatios de potencia puede llegar a suponer un ahorro de hasta 40 euros al año.
Además, con esta nueva subida, el recibo de la luz se habrá encarecido un 8% desde enero de 2012. La tarifa ha subido además un 63% entre 2003 y 2011, hasta el punto de convertirse en la más cara de la UE para el consumidor doméstico, solo por detrás de Irlanda y Chipre. La nueva subida, que permitirá ingresar cerca de 400 millones de euros hasta fin de año, forma parte de las medidas anunciadas el pasado 12 de julio por el Gobierno para repartir entre consumidores, empresas y la Administración los esfuerzos para acabar con el déficit de tarifa. El Ejecutivo ha diseñado un reparto de esfuerzos en el que los consumidores aportarán 900 millones anuales, frente a los 900 millones con cargo a las cuentas públicas y los 2.700 millones procedentes de las empresas con actividades reguladas.
La patronal eléctrica Unesa anunció ayer que el consumo de electricidad se situó en 144.622 millones de kilovatios hora (kWh) en los siete primeros meses del año, lo que supone un descenso del 3,2% con respecto al mismo de 2012.
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